viernes, 25 de mayo de 2012

Madrid: Urbanismo en la ciudad cortesana de los siglos XVII y XVIII

Madrid en 1656 por Pedro Texeira



Madrid, capital española con más de 3.000.000 habitantes en su municipio, es hoy en día nuestra ciudad más habitada y extensa. Sin embargo no siempre fue así. Aquí se hace un breve repaso de las claves que supusieron el crecimiento de la villa medieval enfocando el estudio en los sucesos urbanísticos.






Precedentes

Durante toda la Edad Media, Madrid es una pequeña villa, cuyo urbanismo tiene como principal control burocrático la Partida III de Alfonso X, las iniciativas de construcción son particulares y vigiladas por el Concejo, el cual se encarga de hacer cumplir las leyes de la Partida, así como de seguir el desarrollo de la obra y resolver los incidentes que se pudieran ocasionar. Así pues la configuración a mitad del siglo XVI es un Madrid extendido en el eje Este de la calle Mayor, poblado con casas de planta baja o pocas alturas organizadas al libre albedrío de los habitantes, sin invadir parcelario público. En su mayoría serían casas unifamiliares distribuidas en torno a los focos activos de la ciudad, la plaza del Arrabal, la plaza de la Villa y su nexo, la calle Mayor. Los conventos quedan más alejados de la vida pública, en las zonas Norte y Sur. La ciudad aún sigue retenida por la cerca del Arrabal pero ya se ven los que serán los "radios" de expansión de la ciudad de los siglos XVII y XVIII, que corresponden a las vías que atraviesan las puertas de las murallas, es decir, las construcciones se emplazarán entorno a los caminos existentes.


En 1561 Felipe II traslada la corte de Toledo a Madrid, se instalan en el Alcázar recién remodelado al Oeste de la ciudad. La llegada del rey provoca un gran crecimiento y conforma a Madrid como la ciudad cortesana, con las consecuencias que estudiaremos posteriormente.


Madrid entra en el siglo XVII con un crecimiento descontrolado en extensión de terreno, con dos zonas muy diferenciadas: La zona antigua, donde se realizan la mayoría las actividades palaciegas y mercantiles, con una formación compacta, densificada y construida en altura con edificaciones de 2 y 3 plantas y la zona nueva, que se expande tomando como calles principales las salidas de la ciudad antigua y sus caminos, también se crean plazas en cada puerta de las murallas desmanteladas, las cuales habían perdido su función defensiva, los edificios son principalmente de una sola planta y con grandes espacios en el interior de las manzanas, lo que explica la gran extensión que abarcaron en tan poco tiempo, su organización se ve controlada por un programa conjunto del rey y el Concejo, en el que con previsión del asiento de Felipe II en la ciudad, se derriban las murallas, se ensanchan las calles principales y se transforma la plaza Mayor.



De villa a capital. Expansión y casas "a la malicia"

Al traspasar la corte a Madrid se hizo clara una falta sustancial de viviendas para cobijar a todos los funcionarios, cortesanos y nobles que atrajo consigo. Uno de los incentivos que tuvo el rey para instalarse en la villa fue la Carga de Aposento, por la cual todas aquellas casas que se pudieran partimentar debían ceder la mitad de la vivienda con el fin de asentarse algún servidor de la corte, las casas que fueran de difícil partimentación (casas a la malicia) se verían exentas de habilitarse para un huésped, pero son obligadas a pagar entre un tercio y la mitad del alquiler estimado que obtenía la casa, este cálculo, muy difícil de realizar, será el impulsor de los primeros planos catastrales parcelarios de Madrid, como es el que encargó el rey Felipe IV a Pedro Texeira, terminado en 1656, que podemos observar en la portada, en el cual aparecen todas las casas de Madrid con su forma y altura real, mediante este parcelario y la zonificación de la ciudad según los barrios y el precio del suelo, se realizaba el cálculo. También había casas que se veían exentas del impuesto previo pago de una cantidad directa al rey. 


Esta carga fue la causante de que Madrid creciera tan rápidamente en horizontal, pues la población decidió construir sus casas a la malicia y a las afueras, para no tener que hospedar a un funcionario y pagar lo menos posible de impuesto. Como observamos en el esquema inferior, la zona de mayor nivel y precio de suelo se trata de la Plaza Mayor, la cual es el centro activo de la ciudad, abarca el mercado, actividades festivas, actos de fe, administraciones, etc.

Nos topamos con que la población de Madrid se ha visto aumentada en una gran proporción por los funcionarios y cortesanos, los cuales siguen creciendo en número acogiendo a villanos y gentes empobrecidas que pasan a servir a la corte. Este crecimiento de población dedicada al servicio genera unos itinerarios diarios desde los barrios de residencia a los palacios donde sirven y los lugares administrativos, los cuales son los núcleos de actividad en éstas épocas.

Una de las características de aquellas edificaciones, de la cual habla el historiador Julián Gállego, es la rápida construcción de los palacios del centro de la villa, así como la mala calidad de los materiales empleados y el uso de diversos estilos europeos, lo que según él le daba al centro de Madrid un aspecto teatral, en el cual las plazas, símbolos de poder real, eran los escenarios donde se realizaba la vida cotidiana, y teniendo en cuenta la cantidad de plazas y la caracterización de la mayoría de la población, la cual se adentraba en esa escena lujosa como sirviente no deja de recordarme a ciertas literaturas y con ello a que nos hallamos en los Siglos de Oro.



Crecimiento radial, topografía


Por su proximidad al río Manzanares Madrid siempre ha tenido una barrera natural como son los terraplenes de ribera al oeste. Es por ello que la extensión hasta este período se haya realizado hacia el este primero y posteriormente hacia el sur y el norte.


 Una de las actuaciones que llevó a Felipe II a asentarse en la ciudad fue la remodelación del Alcázar Musulmán, transformado en Alcázar real, situado en la parte occidental y con una gran zona verde palaciega al otro lado del río (La Casa de Campo). Esto supone una barrera añadida a la propia barrera natural, pues las construcciones reales y sus propiedades permanecen casi inmutables hasta hoy en día. Por otro lado está la construcción del Palacio del Buen Retiro, construido en 1630 y situado en la frontera este de la ciudad. Así pues tenemos dos fronteras de parcelas de la realeza situadas a ambos lados de la ciudad, lo que hará que ésta crezca de 1630 hasta aproximadamente 1750 en el eje norte-sur.

Como ya hemos dicho anteriormente el primer crecimiento de la ciudad, en la época medieval, se dió hacia el este a lo largo de la calle Mayor, la cual es la articuladora del crecimiento posterior, de ella nacen hacia el Norte las actuales calles de San Bernardo, Hortaleza y Fuencarral, y hacia el Sur las calles Toledo, Atocha y San Jerónimo. Todas ellas antiguos caminos ya existentes en época medieval que solían tener por nombre la ciudad a la que llegaban, al igual que la puerta de la muralla que atravesaban.

Conforme se iban demoliendo las murallas quedaban huecos en la parte exterior de las puertas, los cuales pasan a ser plazas llamadas igual que las puertas, y las calles preexistentes son las generadoras de los nuevos barrios, los cuales se organizan de forma bastante regular a pesar de la organicidad de los caminos. 



Crecimiento en altura

En 1625 el rey Fernando IV construye una cerca al igual que hizo su abuelo en 1561, la cual se había visto inútil ya en 1590. Desde el reinado de Fernando II la población había aumentado un 200% hasta la cifra de 130.000 habitantes. Estas cercas son en realidad murallas a las que se les ha quitado el carácter defensivo, sirven principalmente para aislar la ciudad al exterior y poder controlar así la entrada de bienes a la ciudad, así como para frenar el desmesurado crecimiento horizontal que se había venido produciendo desde la llegada de las cortes. La ciudad no se volverá a expandir en horizontal hasta el siglo XIX con el ensanche, momento en el que se derribará la cerca. Es una vez construida la barrera y con los posteriores monarcas cuando se inicie una mayor labor de rehabilitación urbanística del centro, pues se había atendido al exterior y a las últimas construcciones sin apenas tener en cuenta lo que sucedía en la parte antigua de la ciudad.

Madrid en 1769 por Antonio Espinosa

El Concejo se había visto absorbido en su mayoría por la corte dedicada a los asuntos de la ciudad, de manera que cualquier proyecto requería normalmente de una supervisión conjunta, siendo en primera instancia de mayor peso la voluntad del monarca. Se crea en 1590 la Junta de Policía por real cédula, cuyo objetivo será tratar del "ornato, edificios, policía y probeymientos de mantenimientos de la Corte y Villa", será también responsable de controlar toda la edificación y la relación urbanística para poder recaudar los impuestos y cargas sobre las viviendas. En 1782 se constituiría una institución similar, la Superintendencia de Policía de Madrid, tomando como ejemplo a París (de la cual luego hablaremos), con el fin de regular todas las construcciones y burocracias necesarias, pero acabaría suprimiéndose 10 años después.

Una vez creada la cerca de Felipe IV la ciudad empezó a crecer en altura, siendo favorecidas estas construcciones en ciertos lugares con exención de impuestos. De la ampliación de las edificaciones anteriormente descritas, las cuales componían la manzana con una planta baja y un espacio central a modo de patio, surgen las corralas. Al ampliar estas plantas bajas se genera la corrala típica madrileña, edificios de no más de 30 metros de altura con fachada entorno a un patio público donde se realiza gran parte de la vida cotidiana.

Con Felipe V, Felipe VI Carlos III se generarían los paseos periurbanos tras la cerca de Felipe IV, éstos son los de La Florida, San Vicente, Areneros y el más importante el Paseo del Prado. Debido al incendio del Alcázar en 1734 la residencia real había pasado a ser el Palacio del Buen Retiro, por ello el Paseo del Prado, colindante al palacio, tuvo una gran importancia y se genero una zona noble y adinerada en esta parte de la ciudad.



Consecuencias

En este plano del año 1837 vemos la tendencia de expansión una vez derribada la cerca de Felipe IV, como hemos comentado antes hay dos grandes límites en los frentes este y oeste, los cuales van a seguir conformando la ciudad. Cabe destacar que tras la Guerra de la Independencia el Palacio del Buen Retiro hubo de ser demolido casi en su mayoría y los jardines pasaron a ser de disfrute público, es por ello que podemos observar una ampliación del parque.

Anteproyecto de ensanche, Carlos Mª de Castro 1861

En la zona sur de la ciudad apenas habían llegado los paseos periurbanos, era una zona menos dignificada y este no fue el proyecto final para esa parte de la ciudad. Por la parte norte se prolongó el ya construido Paseo del Prado reafirmándose a su alrededor una zona de mayor poder adquisitivo. Será este paseo el organizador del Madrid inmediatamente posterior, que adquiere la forma de ensanche clásico con manzanas cuadradas y una retícula de vías ortogonales.

martes, 24 de abril de 2012

El paisaje, el pueblo, la casa, la ventana


"En las descripciones que Azorín hace de algunos pueblos de Castilla siempre aparece entretejida al paisaje, la casa. Y con la casa viene el patio, el pavimento del patio entre cuyas juntas crece la hierba, el zaguán, la puerta, el cuarto, la mesa... y luego, una vez llegado el viajero dentro del todo, la ventana. Se entra por la puerta y se sale por la ventana. La ventana será la encargada de traerle el vocerío del pueblo, el traqueteo del tren que parte desde la estación, las campanadas de la iglesia, el tañido de las campanitas de los conventos, el ritmo constante de la vida recogido en los sonidos de los animales que acompañan a los hombres. Por la ventana, en esta prosa azoriana, entra el sonido junto a la luz. Y con ese sonido luminoso no entra sólo un exterior, sino los interiores de los que a su vez este exterior está lleno: recodos, casitas, porches, aposentos, que suenan… y en los que él puede entrar, merced a su cuarto, sin que nadie le sienta."

-Luis Martínez Santa María, Intersecciones

lunes, 23 de abril de 2012

La construcción de la Robie House


     
Construcción del tercer piso y voladizo este


El acero, instrumento indispensable para la culminación de un estilo

La casa Robie resulta uno de los primeros ejemplos de utilización del acero en la arquitectura doméstica, pues su uso había quedado hasta la fecha restringido a las estructuras comerciales e industriales. La revolución espacial que propondrá esta casa es una deudora de la utilización de estos nuevos materiales; las luces permitidas por las jácenas de acero darán comienzo a la liberación de la planta que culminará con la desaparición de los muros de carga en favor de la fluidez interior, los espacios serán definidos por la arquitectura pero no cerrados por ella.



       
Forjado de la planta primera

La  introducción del acero no sólo permitió la revolución espacial sino que iba acorde con sus intereses estéticos. Wright pretendía crear un estilo propio que representara a su nación, surgido de la pradera y lo planteaba como el inicio de una tradición.  Las casas de la pradera buscaban la integración en la topografia de la llanura mediante la priorización de la línea horizontal, planteando el espacio como una abstracción continua que fluyera más allá del interior de la vivienda. La escasa altura y solidez las ligaba al suelo, a la ondulación de la pradera donde lo vertical es un contraste. Los vanos corridos y la disolución de la construcción mediante muretes y jardines terminaban por disolver el límite entre lo construido y su entorno.


 
                               Construcción del garaje

El arquitecto procuró ser sincero, dentro de los cánones de la época, con el uso de los materiales, sin embargo, el acero se consideraba todavía indigno para cualquier espacio doméstico y fue por ello ocultado en el interior. Los artesonados del techo de la sala principal, si bien no corresponden exactamente con la estructura, parecen querer expresarla. En cualquier caso, el número de materiales utilizados era escaso y en su mayor parte se encontraban a la vista. El diseño se ampliaba a todos los elementos de la vivienda (mobiliario, calefacción, vitrales) procurando un resultado unitario.

Su visión revolucionaria de la arquitectura iba acompañada, sin embargo, de una mentalidad conservadora según la cual la familia era el origen y principal núcleo social y la chimenea su equivalente arquitectónico.  De aquí se extrae uno de los principales conceptos de las Prairie Houses y de la arquitectura de Wright en general, la chimenea se convierte en el centro compositivo de la planta a partir de la cual los ejes organizan la distribución. El espacio introvertido de la chimenea se contrarresta mediante las bandas corridas de ventanas que permite el acero e incluyen el paisaje en el interior. La extrapolación de la importancia de la chimenea al campo de las estructuras le llevaría a convertirla, como en la Robie House, en el principal elemento portante de sus proyectos.

Infografía de la estructura
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Planos en DWG

sábado, 21 de abril de 2012

Oporto: de la gestión democrática al urbanismo actual


Revolución de los claveles, 1974




La ciudad de Oporto, fundada en 1123 se encuentra situada junto a la desembocadura del río Duero. Con 237559 habitantes (2011 ) es el segundo núcleo urbano más importante de Portugal. Pero, ¿cómo ha llegado a la actualidad de su área metropolitana?





Un acercamiento histórico: La revolución de los claveles

Desde 1933, Portugal estaba sometido al Estado Novo o República Corporativa; un régimen político autoritario y corporativista, amparado por la dictadura Salazarista, una de las más longevas de Europa. El 25 de abril de 1974, un levantamiento militar conocido como la revolución de los claveles puso fin a éste régimen, permitiendo el renacer y la transformación de Portugal.

Esta revolución alimentó los meses siguientes un periodo de reivindicaciones sociales para mejorar las
condiciones de vida de los sectores que se hallaban en una situación más precaria: educación, salud, libertad de expresión o mejoras en la vivienda eran reclamadas en calles y plazas durante esta revolución portuguesa. Los gobiernos provisionales trataron de buscar medidas de urgencia para poner solución a las demandas populares, buscando programas parecidos a los que el resto de países europeos estaban desarrollando en ese momento.


En junio de 197e se creó el SAAL, un organismo que buscaba dar una respuesta directa a las demandas de todo el país. En él trabajaban equipos pluridisciplinares: arquitectos, sociólogos, asistentes sociales o juristas, en colaboración con las comisiones de vecinos. En Oporto, el SAAL Norte tenía dos objetivos
principales: la rehabilitación de las ilhas y la recuperación de las zonas históricas. La propuesta de Alexandre Alves Costa no se basaba ya en la erradicación de esas ilhas, lo que había sido la tónica habitual en las anteriores décadas, sino la rehabilitación de éstas evitando así el traslado de sus habitantes a las periferias.

Revolución de los claveles, 1974


“Sucedió en abril de 1974; La escuela de arquitectura era abiertamente crítica con el régimen, tenía mucha relación con los barrios pobres del centro de Oporto que la rodeaban; Eran viviendas obreras, levantadas en los jardines burgueses formando filas que se llamaban islas, muy pequeñas, malísimas. Al final del siglo XIX, el 50% de la población de Oporto vivía en ellas. Buscaban llevarlas a la periferia, a barrios separados. Eso destruyó las comunidades del centro; Cuando llegó la revolución de los claveles, el terreno estaba abonado.” - Álvaro Siza

Las llamadas ilhas surgieron a finales del S.XIX como respuesta a la demanda de viviendas de bajo coste en Oporto. Eran minúsculas casas construidas en la parte trasera de las viviendas de clase media,  constituyendo extensas áreas en el centro de la ciudad.


Los intentos de reforma del SAAL
Barrio de Sao Victor (Siza)

En materia de rehabilitación de las ilhas, distintos proyectos se concretaron como el de Sao Victor de Siza de 1976 , el de Leal de Sergio hernandez de 1976, el de Maceda de Alcino Soutinho, el de Antas de Pedro Rarnalho o el de Lapa de Mataos Ferreira. Se toman como referentes las construcciones ya existentes y la estructura urbana. Se construye en barrios difíciles, de gran importante densidad de población en el centro de la ciudad.


 En septiembre de 1974 se define una actuación para renovar el área de la Ribeira-Barredo y así mantener a la población en el centro mejorando sus condiciones de vida, a manos del CRUARB (creado bajo la responsabilidad del poder central), actualmente responsable de la renovación urbana del centro histórico.

El nuevo Plan General de Urbanización

A partir de 1978, se inicia el estudio de un nuevo Plan General de Urbanización, por Castel Blanco. El GPU le facilitará los estudios necesarios. Sus objetivos eran la restauración del patrimonio cultural histórico y
monumental y la organización del espacio ciudadano en unidades de ordenación por primera vez reguladas por coeficientes (un porcentaje marca los metros que pueden construirse en una parcela en el primer piso).
El Plan termina de definirse en 1986, es aprobado por la Asamblea Municipal en 1988 y ratificado por el gobierno en 1992.


Circulaciones, áreas industriales, y zonas públicas

Zona Ribera-Barredo, vista aérea
Los sistemas de circulación previstos en el plan no se corresponden con los que se desarrollaron por parte del Gobierno en los últimos años. Se reestructuraron las redes de autopistas y la red ferroviaria lo que repercutió en los sectores de poder económicos más elevado, que intentaron aprovecharse de esas nuevas comunicaciones y establecer residencias y equipamientos de lujo cerca de éstos, transformando las áreas industriales que no se encontraban activas. 

Por otro lado, la preservación de las zonas verdes llevará a iniciar programas como la rehabilitación de parques públicos existentes, como los jardines del Palacio de Cristal o la creación del parque de en la parte occidental. Otra de las intervenciones públicas importantes fue la edificación de nuevas universidades. Actualmente el Campus se organiza respecto a tres polos: el centro de Oporto, la zona de Vista Alegre y la zona de Asprela.


AMP de Oporto
Las áreas metropolitanas

El 60% de la población de Europa se concentra en 90 áreas metropolitanas que pueden identificarse fácilmente. Para que las regiones sean eficaces deben definirse estrategias de planificación, tanto a escala metropolitana, poniendo solución a problemas como el tráfico o la contaminación, como superando las barreras municipales, para mejorar la cohesión del área.
Las áreas metropolitanas no son solo territorios, sino que definen una forma de vida y modo de producción; son complejos espacios urbanos que se organizan de acuerdo a aspectos tan distintos como las densidades de población, la continuidad de construcciones o los tipos de trayectos entre la residencia y el lugar de trabajo.


La definición de los límites de las áreas metropolitanas no suele ser fácil, sobre todo debido a incompatibilidades entre intereses políticos y económicos de los involucrados.
El antiguo área metropolitana de Oporto se constituyó en 1991 con 9 municipios: Oporto, Vila Nova de Gaia, Maia, Matosinhos, Gondomar, Valongo, Vila do Conde, Póvoa de Varzim y Espinho, con una población de 1160000 habitantes (una densidad media de 1411hab/km2)En 2005 a estos nueve municipios se les añadieron Arauca, Santa Maria da Feira, S. John Wood, Trofa y Santo Tirso, y se comenzó a conocer como Gran Área Metropolitana de Oporto. El 1 de septiembre de 2008 se añadieron también Oliveira de Azeméis y Vale de Cambra. La definición actual del AMP no incluye varios de los núcleos de los pueblos cercanos que tienen gran relación con el área.

Oporto, vista actual
La aglomeración urbana se extiende más allá de los límites de los municipios del AMP, incluyendo otras áreas urbanas como Braga, Guimarães y Aveiro sumando cerca de tres millones de habitantes  y formando una red urbana que conecta Oporto y Braga con Vigo. El proceso de urbanización del área metropolitana está marcado por el carácter espontáneo del crecimiento. Contrastan la pérdida de población de las zonas del centro con la aparición de freguesías con un crecimiento mayor, a diferencia de otros modelos de ciudades con crecimiento concéntrico.


La singularidad del área metropolitana

Con los datos observados anteriormente y la especificidad del desarrollo económico y demográfico en la ciudad observamos que el AMP no es un área metropolitana convencional. En primer lugar, la Junta Metropolitana de Oporto (JMP), el órgano de Gobierno, no corresponde a una unidad autónoma de gestión, sino a una asociación de municipios. En segundo lugar, debido al desarrollo de la zona a lo largo de la historia, el proceso de expansión de las zonas urbanas no se muestra de forma clara. A diferencia de otras ciudades que crecen alrededor de un polo central, Oporto no presenta una distinción física entre los distintos tipos de aglomeraciones; entre metrópoli y periferias, ya que no existe tal distinción. El crecimiento de Oporto no se realiza por ensanches o por retículas, como en Barcelona, sino por avenidas que aprovechan la topografía en la que se sitúa la ciudad. La mezcla de las ilhas con el fortalecimiento de las centralidades ya existentes en los otros municipios anexionados al Área Metropolitana, perjudica también el entendimiento de la trama urbana actual.
Contraposición entre la expansión de Sevilla y Oporto, reflejado en la ilegibilidad del tejido urbano


La repercusión de las industrias

El crecimiento del sector secundario de los ochenta densificó el tejido industrial ajeno al área metropolitana y funcionó como forma de retención y atracción de la población en la periferia. En el año 1986, el área metropolitana concentraba el 38% de la industria de la región, mientras la zona industrial situada entre Aveiro y Braga era mucho más densa y de gran autonomía, aunque contaba con una menor diversificación sectorial.


Importancia de la red de circulaciones en el área metropolitana
Movimientos pendulares


En el área metropolitana es muy importante la red de comunicaciones, tanto con las zonas periféricas como el transporte interurbano. En infraestructuras destaca el aeropuerto de Oporto , la amplia red de carreteras (con un extenso viario de autopistas) y un servicio de autobuses urbanos e interurbanos y de metro en Oporto. En la estructuración la red de carreteras resulta determinante el estudio sobre los movimientos pendulares: los movimientos migratorios realizados cada durante la semana laboral entre el lugar de residencia y el de trabajo.



Conclusiones: Oporto, una ciudad para el futuro

El débil poder de atracción del núcleo del área metropolitana se soluciona parcialmente con el aumento de la emigración alrededor de 1960. Al igual que en Lisboa, el crecimiento de los últimos años, espontáneo y difuso aporta a la ciudad a una mayor cohesión en el área metropolitana, mientras se refuerzan las nuevas centralidades. En este marco, vemos que Oporto ha demostrado su capacidad de liderazgo y de inserción  internacional , como resultado de un proceso reciente de desarrollo del sector terciario. Las expectativas halladas en la internacionalización del área metropolitana reflejan la prosperidad de Oporto, una ciudad con vistas al futuro.

Oporto



Isabel Sarasa

La construcción de la Casa Blas








"Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.

Luis Cernuda



Con este poema entregó Francisco de Blas el encargo de esta casa a Alberto Campo Baeza. En una parcela de terreno de Sevilla la Nueva (Madrid), el arquitecto encuentra la oportunidad de construir esta obra, el manifiesto de su arquitectura.

Aprovechándose de las ventajas que el terreno le otorga, Campo Baeza realiza un proyecto basado en la idea de lo estereotómico y lo tectónico, de la cueva y la cabaña. Una gran caja pesante de hormigón armado se cierra al exterior y ofrece cobijo, enterrándose en gran medida en el terreno, enraizando con la tierra dando respuesta al entorno. Por otro lado, en el piso superior, un cuerpo de vidrio flota sobre la caja estereotómica elevándose hacia el cielo, hacia la luz. Una liviana estructura sobre pilares de acero protege este espacio para la contemplación de la naturaleza. Una vez más la eterna línea del horizonte como generadora de la idea, la frontera entre la tierra y el aire, la masa y el espacio, la oscuridad y la luz.

Sin embargo, esta idea necesitaba unos elementos constructivos determinados que permitieran su realización. Al encontrarse enterrada en su mayor parte y debido a la existencia de una piscina en la terraza, la casa exigía que todos los muros perimetrales fueran de carga y contención (sobre zapatas corridas), para poder soportar los empujes de esa tierra que la rodea y del agua de la piscina.
Por otro lado, en el interior debían cubrirse grandes luces sin utilizar piezas de gran canto. Por ese motivo, el forjado que se utiliza en esta casa es mediante placas  alveolares. Se trata de losas de hormigón pretensado que se aligeran mediante unos alveolos. Estas piezas autoportantes permiten una rápida colocación y tienen un alto rendimiento y resistencia a los esfuerzos cortantes. Se aprovecha la ubicación de la casa (permite llevar las placas alveolares hasta allí a pesar de su tamaño). Aparecen tanto en el forjado sanitario, como en los forjados de primera y segunda planta.


Análisis constructivo. Planos y detalles

jueves, 19 de abril de 2012

Sobre la concepción del espacio interno

 
"Pero es tal vez en la masa interna donde reside la profunda originalidad de la arquitectura como tal. Dando una forma definida a este espacio hueco, crea verdaderamente su universo propio. Sin duda, los volúmenes exteriores y sus perfiles hacen intervenir un elemento nuevo e intrínsecamente humano en el horizonte de las formas naturales y, por bien pensadas y calculadas que hayan sido sus proporciones y su acorde, siempre agregan a ellas alguna cosa inesperada. Pero si reflexionamos sobre esto, vemos que la maravilla más singular consiste, en cierta manera, en haber concebido y creado una especie de reverso del espacio. El hombre camina y actúa en lo exterior de cada cosa; está perpetuamente fuera, y, para penetrar más allá de las superficies, es necesario que las rompa. El único privilegio de la arquitectura sobre todas las otras artes, sea que construya habitaciones, iglesias o barcos, no es resguardar un hueco cómodo y rodearlo de defensas, sino construir un mundo interior donde el espacio y la luz se miden según las leyes de una geometría, una mecánica y una óptica necesariamente implícitas en el orden natural, pero donde la naturaleza no interviene."

                                                                              -Cita de Henri Foncillon; Bruno Zevi, Saber ver la arquitectura

miércoles, 18 de abril de 2012

Louis Kahn. My Architect


El deje sensacionalista y comercial que sufre la vida de Kahn en este documental se ve compensado por una visión  de la arquitectura desde el completo desconocimiento, esta perspectiva que perdemos al entrar a la escuela nos impide en ocasiones el juicio lógico de la obra. El hijo del arquitecto, de una de sus tres familias, visita las proyectos en un aumento continuo de intensidad hasta su obra india, intercalándolo con sus propias vivencias y entrevistas que compensan las opiniones de usuarios, arquitectos y conocidos. El video intenta desgranar los procesos para conseguir esa belleza de lo sublime explicándolos a través de sus vivencias, haciendo hincapié en las sensaciones espaciales conseguidas.






My Architect - A son's journey on Vimeo.

La expresión gráfica en Rafael Moneo

Rafael, el pintor renacentista, fue el primero en plantearse la descripción objetiva de la Arquitectura mediante un sistema de paralelas, olvidando la perspectiva y ofreciéndonos un método de representación que de un modo total y definitivo nos permite conocer el sólido _y los vacíos_ que configuran un edificio. Rafael renuncia a dar primacía al espectador, a quien contempla el edificio, y propugna una representación que privilegia, en cambio, la condición de objeto que el edificio tiene.

El siguiente paso surge del interés por una representación que permitiera medir la escala para la construcción, hecho imposible en las antiguas perspectivas. De esta forma se crea el instrumento que a partir de entonces los arquitectos utilizarán para la expresión de sus proyectos.

Establecer las normas que facilitan la descripción mediante el dibujo fue el paso previo a la aparición de la figura del arquitecto como tal, como único diseñador del proyecto. El dibujo ayuda tanto a la concepción de la obra como a su comunicación. El manejo de estos procedimientos gráficos por parte de los arquitectos condicionará su quehacer arquitectónico proyectando desde la abstracción de plantas, alzados y secciones. El resultado será pues un proceso de ida y vuelta en el que el sistema de representación de la entidad arquitectónica se convierta en instrumento condicionante de su formalización; de la misma forma que la elección del soporte y el tipo de pintura para un cuadro determinarán el resultado de la obra.

La importancia de estas partes del dibujo arquitectónico ha ido variando a lo largo del tiempo. Así, mientras la arquitectura hasta la modernidad había hecho hincapié en la planta (el orden), la arquitectura moderna lo hará en la sección (el espacio).

El dibujo en la arquitectura como instrumento no debe ser una recreación fiel de la realidad sino una abstracción que permita su entendimiento partiendo de la jerarquía, de ahí la libertad posible en su realización. Frente a la descripción objetiva se opone la reducción elocuente.

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